SU BIENESTAR POR SOBRE TODO
Patas&Letras tiene como objetivo incentivar procesos educativos y socio-emocionales por medio de la interacción sistemática con perros, siendo éstos facilitadores del aprendizaje y de las terapias.
Nuestros perros no están al servicio de las personas, sino que son nuestros compañeros de trabajo y de vida, y nos preocupamos de que para ellos esto no sea un trabajo, sino que un hobbie, el cual disfrutan.
Nos preocupamos de que ellos tengan los descansos y juegos necesarios para evitar cualquier tipo de estrés o incomodidad. Un perro que trabaje con niños debe estar en óptimas condiciones psicológicas para poder ser un apoyo físico y emocional para ellos. Nosotros NO forzamos a los perros a trabajar.
Si por algún motivo no quieren participar en alguna sesión, ésta se re-agenda para que el perro participe en óptimas condiciones. Si están enfermos o se sienten mal, son llevados de inmediato al veterinario, y de ser necesario, tienen licencias médicas dónde pueden recuperarse correctamente.
El bienestar de nuestros perros se encuentra como máxima prioridad para la Corporación.
Lea Bulldog de Terapia
Edad: 12 años.
Hobbies: Pasear, dormir, jugar en la nieve, comer manzanas.
Perry Boston Terrier de Terapia
Edad: 8 años.
Hobbies: Practicar agility, dormir, comer piña, dar besos con lengua.
Tango Bulldog de Terapia
Edad: 5 años
Hobbies: Dar besos, jugar con la pelota, ir al parque o a la playa.
Cocó Boston Terrier de Terapia
Edad: 6 años.
Hobbies: Jugar con los niños. Repartir besos por todos lados. Saltar y correr feliz.
Maia Staffordshire de Terapia
Edad: 2 años.
Hobbies: Correr, dar besos, abrazar, saltar, que le lean, agility.
Liam Pug de Terapia
Edad: 6 años.
Hobbies: Recibir amor, salir al parque.
Boomer Bulldog de Terapia
Edad: 7 años.
Hobbies: Andar en skate, jugar con pelotas, jugar con otros perros. Ama los bebes.
Biscocho Bulldog de Terapia
Edad: 10 años honorífico.
Hobbies: Nadar en el mar y lagos, dar besos, jugar con spinners.
RESIGNIFICANDO LA TERAPIA CANINA
Como Corporación llevamos seis años realizando terapias, educación y actividades asistidas por perros, enfocándonos principalmente en niñas y niños en condición de vulnerabilidad.
Durante el año 2021 y 2022 nos hemos enfocado en desarrollar estas intervenciones principalmente en residencias de Mejor Niñez (ex Sename), y hemos descubierto que las necesidades específicas de esta población objetivo, son distantes en algunos casos al público hacia el que normalmente se enfoca la intervención asistida por perros.
Básicamente nuestros perros hasta ese momento eran perros “perfectos”, muy tranquilos, muy obedientes a cualquier instrucción, con una energía muy baja que les permitía dormir o relajarse durante todo el proceso de terapia, permitiendo que específicamente niñas y niños que necesitan de baja energía pudieran interactuar sin miedo a la velocidad habitual de un perro joven.
Sin embargo, este tipo de perro de terapia, que es lo que se obtiene de un entrenamiento tradicional, no estaba logrando vincularse con otro perfil de niñas y niños, lo que nos llevó a replantear todo el entrenamiento.
Un perro de terapia no interactúa mayormente con los usuarios, ellos abrazan al perro y éste disfruta del cariño, pero no lo expresa de vuelta al niño, salvo que se le indique que lo haga, es un perro muy mecanizado, robotizado, que anda excelente con niñas y niños con TEA, temor a los perros, reactividad a movimientos bruscos, etcétera, pero aquí nos encontramos con un perfil que no sólo necesita actividades más rápidas, lúdicas y dinámicas, sino que por sobre todo necesitan tanto expresar como recibir amor.
Hoy hemos modificado los estándares de lo que implica educar un perro de terapia, manteniendo los estándares asociados a seguridad por sobre todo, pero manteniendo la esencia de lo que es ser perro.
Nuestros perros siempre han disfrutado de jugar, pasear y ser mascotas. Pero en cuanto se colocan la pañoleta saben que van a trabajar, y su comportamiento es mucho más auto controlado y mecánico, lo que hace muy difícil por ejemplo que respondan frente a un lanzamiento de pelota, o incitación a jugar, ya que están trabajando y eso es para los tiempos libres.
Hoy tenemos perros más jóvenes que han sido educados diferente, que si les piden un beso, te comen a besos, pero a la orden pueden detenerse; si les tiras la pelota, van corriendo a buscarla hasta que se acabe el juego, si corres te persiguen, pero sin morder, sin cruzarse.
La esencia de sociabilización con todo estimulo, que provoca que el perro no reaccione a ruidos fuertes, otros animales, etc, no le quita la esencia al perro, solo lo vuelve más seguro de sí mismo, más estable. Lo que le quita la esencia es esta idea de mecanizar al perro volviéndolo ante los ojos del mundo “perfecto”, y es algo que como Corporación no haremos.